“No les voy a fallar, no se van a decepcionar. Soy muy consciente de mi responsabilidad y no quiero pasar a la historia como un mal presidente”, Andrés Manuel López Obrador, 2 de julio del 2018.
Estas fueron las palabras de júbilo que pronunciara el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador la noche del 2 de julio del 2018 en el Zócalo de la Ciudad de México, luego de que el INE informara que la tendencia electoral le favorecía.
Pero a dos años de gobierno, no sólo ha fallado y decepcionado a miles de mexicanos, López Obrador, ni siquiera ha sido capaz de garantizar el derecho más elemental que tienen los ciudadanos que es la vida.
Ahí están las cifras, los muertos por Covid, los ejecutados, los feminicidios, los crímenes atroces, los infantes fallecidos de cáncer por su indiferencia, y la violencia en su máximo esplendor, entre otros tantos males…
México es un país bañado en sangre, con un presidente indolente que prometió pacificar a México, pero que se ha visto incapaz de aceptar sus errores y corregir el rumbo.
López Obrador ha preferido ocultar su ineptitud culpando a los conservadores, al neoliberalismo, a sus adversarios, a los empresarios, a los pasquines inmundos, y la prensa fifí alquilada y deshonesta, como él la califica, a los intelectuales orgánicos, a Salinas, Fox, Calderón, y Peña Nieto, a los gobiernos anteriores, a los locales, y a los corruptos…
Para Obrador todos son culpables menos él …
De ahí la necesidad de conformar una gran alianza para enfrentar a un gobernante y su partido que no respetan la vida y que por sus torpes decisiones tienen al país sumergido en una de las peores crisis en materia económica, de salud e inseguridad.
En Tlaxcala, dirigentes de los partidos, Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional (PAN), Alianza Ciudadana (PAC), y Socialista, conformaron una coalición llamada “Unidos por Tlaxcala, una alianza histórica que derrotará a Morena, y que como afirma la presidenta municipal de Tlaxcala Anabell Ávalos Zempoalteca, “es una importante demostración de que las coincidencias a favor de Tlaxcala son más fuertes que las diferencias”.
Porque se trata de unir, de buscar fortalezas y puntos de coincidencias, si queremos que al país y al estado le vaya bien.
Y no es por “miedo” que se hace una gran alianza en Tlaxcala, como afirma con arrogancia Lorena Cuellar Cisneros, en un mensaje por demás petulante y que publicó en redes sociales tras enterarse de la coalición; es una alianza para evitar el desastre, el caos y la debacle, que ha traído Morena a nuestro país.
Hoy, creemos que no se trata del poder por el poder, hay cosas más importantes, se trata de la propia vida, del futuro de nuestros hijos y de evitar a toda costa que se siga subyugando con decisiones erróneas a los ciudadanos…
El tiempo apremia y es necesario que todos los sectores sociales actúen con determinación, porque recordemos que las dictaduras se construyen en torno a un individuo que establece un culto a su personalidad, con delirios de grandeza y que gobierna a través del miedo, la amenaza y el rencor.
La Alianza en Tlaxcala es un aviso para el actual régimen y para López Obrador de que sus días están contados….